jueves, 15 de mayo de 2014

Paseo Pereda




Aquí me tienes hoy,
gata en celo que surca tus tejados.
Las olas que humedecen balaustradas
me salpican los dedos.
Voy arriba y abajo por la calle
de luz intensa y tuya
mientras persigo entre los adoquines
ese rastro de aromas que dejaste.
Aquí, sobre este banco de sol tibio,
se le cayó a tu boca algún silencio
–aún retozan en él alas de ángel–.
Y este color henchido de lavandas
tuvo que florecer sobre tus ojos.
Sí, me parece verte allá a lo lejos
reír en las buhardillas,
mientras dejas caer sobre mi pecho
gorrïones ardientes de tus labios.
Quiero trepar, huir hasta tu cuerpo,
enmarañar mi piel entre tus manos,
pero me quedo aquí, gata a la sombra
de este jardín que vibra como agosto.


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